Sevilla (España)
Se ha completado la Fase 1, que incluía la puesta en marcha de tres plantas de hospitalización de la torre y parte de los servicios del basamento, entre ellos, una UCI con 25 puestos distribuidos en tres bloques aislables. La Fase 2, mucho más ambiciosa en superficie, abarca la puesta en servicios de todo el basamento (bloque quirúrgico, hospital de día, endoscopias, URPA, etc.), así como tres plantas más de hospitalización, la planta técnica y la práctica totalidad de la fachada.
Fue a consecuencia de la crisis de la Covid-19 cuando la Consejería de Salud y Familias de Andalucía planteó la necesidad de realizar actuaciones de emergencia para la terminación parcial del Hospital Vigil de Quiñones, que se realizaron por vía de emergencia en respuesta a las necesidades del plan de contingencia en la provincia de Sevilla realizado por la Consejería de Salud y Familias, por rebrote de la pandemia COVID 19.
Para ese entonces, año 2020, este colosal edificio de 12 plantas de tipo basamento y torre se encontraba totalmente desmantelado. Convertido en un gran esqueleto en el que las palomas convivían con huellas de vida humana furtiva (hogueras, grafitis y enseres personales maltrechos) había áreas prácticamente acabadas, pero gravemente afectadas por los efectos del paso del tiempo y de la exposición a las inclemencias del tiempo y a las seguidas campañas de robo y pillaje. El estado previo del edificio y el grado de ejecución de cada una de las áreas fue objeto de un completo análisis, teniendo en cuenta el deterioro por el tiempo transcurrido desde la paralización de las obras y la necesidad de adaptación a normativa actual y de adoptar soluciones de acabado de nuestro tiempo.
Para la intervención de la Fase 1, se realizó un análisis global del edificio y de las necesidades programáticas requeridas para los rebrotes previstos. Se consideraron igualmente aquellas actuaciones necesarias para cumplir con la reglamentación vigente en lo ya ejecutado. El objetivo asistencial para esta primera fase de intervención era contar con una dotación específica de 144 camas de hospitalización (24 habitaciones individuales y 12 dobles por planta en los niveles +4, +5 y +6) y 25 camas de Cuidados Intensivos, además de la puesta en marcha de otras áreas de apoyo como diagnóstico por imagen, cocina y administración. Esta primera fase tuvo un alcance de 16.850 m2.
En el año 2021, se abre el mismo procedimiento de Emergencia para llevar a cabo la Fase 2 (19.914 m2), intervenciones que se llevan a cabo por niveles son:
NIVEL +0
NIVEL +1
NIVEL +2
NIVEL +7
NIVEL+8
NIVEL +9:
GENERAL:
En esta Fase 2 se ha continuado con la solución que se llevó a cabo en el nuevo acceso sur (Fase 1) para la torre de hospitalización, donde se combinan franjas de celosía con franjas de lamas ambas de aluminio perfilando. Las franjas de lamas son móviles para que se puedan manejar desde el interior de las habitaciones y regular la entrada de luz. Esta adaptabilidad hace que la fachada cuente con distintos alzados según las diferentes disposiciones de las lamas. En el basamento, se aprovecha la estructura auxiliar del estado previo para revestir todo el volumen con chapa perforada de acero que permite una lectura unitaria y lacónica de todo el volumen.
Un aspecto importante en este proyecto es que además del singular contexto técnico- administrativo, se trata de una obra de reforma y ampliación que ha tenido que ser ejecutarlas de forma compatible al mantenimiento de la actividad asistencial que ya se estaba dando. Esta casuística añade un grado más de complejidad ya que ha sido necesario conjugar el proceso de ejecución de las obras considerando cómo esa intervención concreta puede afectar a la estructura funcional y de circulaciones global del hospital. Es por tanto que esta actuación ha precisado de la aplicación de un proceso de trabajo diferente, añadiendo un rango superior de intervención que denominamos ‘el proyecto del proyecto’. Es un modelo de trabajo diferente que no debe condicionar de forma determinante la solución arquitectónica proyectada.
La ejecución de esta fase 2 ha sido todo un reto: un edificio con partes aun en abandono durante más de 10 años, obra de emergencia, hacer el proyecto mientras se ejecutaba la obra, dirigirla, resolver las inevitables contingencias sobre la marcha, mantener los trabajos sin interferir en la actividad asistencial… todo ello con un amplio seguimiento por parte de la administración y de la opinión pública.
La experiencia adquirida nos dice que ningún hospital va a ser concebido como se hacía de forma tradicional. Ya no hablamos de hospitales flexibles desde la perspectiva de un cambio lento y paulatino, el futuro requiere de hospitales con respuestas inmediatas, flexibles tanto en el uso como capacidad y a corto plazo.